El director Francis Lawrence introduce a la audiencia a un mundo mágico y visual ambientado en la época de la Gran Depresión con Agua para elefantes. La historia sigue a Jacob Jankowski, un exestudiante de veterinaria que después de la muerte de sus padres, se une a un circo llamado Benzini Brothers Most Spectacular Show on Earth! en busca de su destino. Interpretado por Robert Pattinson, el histrión logra desprenderse con éxito de su papel de Edward Cullen en La saga Crepúsculo para darnos una actuación real y honesta. En contraparte, el papel de Reese Witherspoon como Marlena nunca termina de cuajar, mientras que Christoph Waltz (su esposo, el director de circo August), parece ser más bien una versión trillada del Coronel Hans Landa en Bastardos sin gloria –pero sin lo nazi.
Sin embargo, si hay algo que se debe aplaudir del filme, es el diseño de producción de Jack Fisk (The Tree of Life, Petróleo sangriento), pues de inmediato nos transporta a la vida dentro de un circo ambulante. Y como lo dice su nombre, el show nunca deja de ser espectacular, basta con ver las escenas que el elefante Tai –interpretado por la ya célebre Rosie– comparte con el protagonista. La química entre ambos es palpable y, en ocasiones, hasta más grande que la existente entre la pareja principal (Jacob y Marlena). Esto nos lleva al elemento más débil de la película, pues al guión de Richard LaGravenese le hace falta un elemento muy importante: nunca se siente la urgencia de ambos personajes por estar juntos y por esto, la historia de un amor imposible no se consolida del todo.
Al final, sólo nos queda hacer una advertencia para los amantes de los animales: la cinta es gráfica y representa con gran realismo el trato que había en los circos de esa época.
DiarioTwilight
Bella Hugs
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