Frase De La Semana

El cambio suele generar miedo ante las personas, pero al final todos los cambios son buenos, porque son la confirmación de que tomamos decisiones en la vida, es como recordarnos a nosotros mismos que somos dueños de nuestra existencia.-Jois Lombana Sánchez-.

21 abril, 2011

Articulo: Vampiros, cuarentones y chicos malos

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Vampiros, cuarentones y chicos malos: sube la fiebre por las novelas y las películas de amor
Una pareja llega al romano puente Milvio. Son jóvenes. Él está licenciado, ha estudiado un máster y no tiene trabajo. Ella va a la universidad. Se agachan. Él se lleva la mano al bolsillo y saca un candado con las iniciales de ambos. Despacio, casi ritualmente, buscan un hueco donde engancharlo. Ella agarra la llave y la lanza al Tíber. Puede que pase algún tiempo hasta que uno de los dos firme un contrato laboral o esté en condiciones de lidiar con una hipoteca. En un futuro plagado de incertidumbres, el amor es el clavo ardiente al que se aferra esta pareja.
Escenas análogas se repiten constantemente en toda Europa. Los protagonistas son jóvenes, cualificados y sin empleo, de esa generación que se ha dado en llamar ‘perdida’ –con un 20% de parados en la UE y un 43,5% en España, según datos de Eurostat–. Pero la del candado –tradición que pusieron de moda los libros del italiano Federico Moccia– es sólo la anécdota.

La fiebre por las novelas y las películas románticas arrasa y no hay nada mejor para confirmarlo que echar un ojo a la taquilla de los cines y las estanterías vacías de las librerías. De Federico Moccia a los vampiros de Stephenie Meyer, triunfan historias diferentes con un denominador común: el amor verdadero como fuente de felicidad para toda la vida.
Pero hagamos una aproximación más detallada. El padre del fenómeno Moccia –el éxito de sus libros ha llevado a la aparición de una Ruta Moccia en Roma– ha vendido más de tres millones de copias con sus tres primeras novelas (Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti y Perdona si te llamo amor) y fue el autor literario más vendido en España el año pasado.  Las adaptaciones de sus libros al cine han sido igualmente exitosas: A tres metros sobre el cielo, protagonizada por Mario Casas y dirigida por Fernando González Molina, fue la película española más taquillera de 2010 con más de nueve millones de euros recaudados.
En el caso de Stephenie Meyer, autora de la saga literaria Crepúsculo, los números son abrumadores: más de 100 millones de copias vendidas en todo el mundo y una caja global de 690 millones de dólares para la versión cinematográfica de Eclipse, 709 millones para Luna nueva y 392 millónes para Crepúsculo. Como ejemplo más reciente, Caperucita Roja recupera la temática de la saga que le dio el éxito: monstruos y romance. La película lleva recaudados 59 millones de dólares.
Pero el fenómeno no se limita a un par de booms aislados. Basta una visita a cualquier librería para confirmarlo. “Se lleva el amor con mordiscos”, aseguran en La Casa del Libro. El éxito de Crepúsculo ha dado alas a escritores como Charlaine Harris –autora de los libros que inspiraron la serie True Blood– o Sherrilyn Kenion, cuyas historias sobre romance, vampiros y poderes sobrenaturales han vendido más de 20 millones de ejemplares.
Amores ciegos e imposibles
A primera vista, los vampiros de Meyer y los personajes de Moccia no tienen mucho que ver. Y sin embargo, llama la atención cómo ambos fenómenos culturales tienen en común el amor como sentimiento que supera cualquier adversidad. El drama y la dificultad, a lo Romeo y Julieta son los ingredientes básicos de estos títulos, que hablan de amores ciegos e imposibles, o en palabras del vampiro Edward Cullen, de “lobos que se enamoran de ovejas”: el romance entre un vampiro y una mortal, la relación entre la chica de buena familia y el chico malo o el idilio de un cuarentón con una adolescente menor de edad.
“Son libros facilones”, comentan en Casa del Libro, que consumen mayoritariamente público femenino y universitario, aunque no son pocas las veces que los reclama “gente de 30 y hasta de 40”. Pero, en general, afirman “es la misma generación que creció con Harry Potter”. Una generación que devora historias de aparente perfil tradicional: al final de este cuento los protagonistas se colocan el anillo. Y no se tocarán hasta después de haberlo hecho.
La castidad como telón de fondo
Precisamente, si por algo se ha criticado a Stephanie Meyer es por ser ñoña en sus tramas, en las que los personajes, atraídos por un amor que les consume, retienen sus instintos sexuales manteniendo la relación en un plano idílico. El mismo Robert Pattinson lo afirmaba en una entrevista a Antena 3: “Tenemos éxito porque ahora se lleva la castidad”.
Lo cierto es que Mayer pertenece a la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días –mormones–, que prohíbe las relaciones sexuales antes del matrimonio y censura cualquier contacto entre hombres y mujeres dentro del contexto social (un beso en la mejilla, por ejemplo). El divorcio sólo se considera en casos muy extremos, ya que la promesa del matrimonio perdura toda la vida e incluso trasciende la muerte.
Sin llegar a esos extremos, los libros de Moccia también observan un componente tradicional, amor para siempre y, de nuevo, matrimonio. En Perdona, pero quiero casarme contigo, cuya adaptación al cine –dirigida por el propio Moccia– se presentó el lunes en Madrid, una joven de 18 años y un hombre de 40 se dan el sí quiero.
Sin embargo, el escritor defiende su visión del matrimonio como una opción más y recorda que “casarse no es obligatorio”. “No quería decir que hay que buscar el amor para siempre, ni mucho menos casarse. Nadie te obliga a dar ese paso. Lo importante, y lo que siempre trato de subrayar en mis libros, es la importancia de ser conscientes de lo que hacemos y de las decisiones que tomamos”.
Fiesta y aventura
Moccia, que defiende la idea del matrimonio como “una fiesta” o una suerte de aventura “que inicia una relación”, se confiesa no creyente: “El amor para siempre para mí no existe. Existe el amor día tras día. Y al final, sólo al final se convierte en amor para siempre. Porque siempre ha estado ahí”.
Si existe una relación entre el boom de las historias de amor imposible y triunfo y el momento difícil por el que atravesamos es difícil de saber. En opinión del italiano, algo de eso puede haber. Preguntado por el éxito de sus novelas (la primera, A tres metros sobre el cielo, fue un fracaso en su edición inicial de 1992) el italiano responde aludiendo a lo liviano de sus historias: “Te llama una amiga y te dice ‘Vamos al cine’. Tú estás pasando por un mal momento y tienes la necesidad de ver algo divertido, tonto. Y no estoy hablando de mi película, sino en general” afirma.
“Cuando vuelves a casa y lees un libro que te entretiene y te gusta, esa noche igual te olvidas de los problemas, te ríes o te distraes un momento. Eso puede darte optimismo, una actitud más positiva a la hora de poner soluciones. Necesitamos oxígeno, sin el damos demasiadas vueltas a todo y no logramos escapar del círculo”. Moccia se para un segundo. Parece que la pregunta se le atraganta. “Me encantaría que las cosas fueran mejor para todo el mundo”, dice. “Todo lo que estamos viviendo plantea muchas dificultades para hablar de amor”. Quizás, sea eso lo que nos falta.

Gracias A: lainformacion
Via: DiarioTwilight

Bella Hugs

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