A primera vista Agua Para Elefantes parece otra predecible y desechable adaptación de una novela de Nicholas Sparks, o algo así.
Sin embargo, la calidad de la producción, algunas buenas actuaciones y el colorido entorno circense ayudaron a hacer que el tiempo transcurriera de manera más amena.
Sin duda la trama me pareció demasiado larga y ocasionalmente aburrida, y su principal problema es que el romance central nunca se siente sincero y pasional.
Pero bueno, la pareja protagónica es atractiva, el villano es odioso y pintoresco, y hay perritos acróbatas, así que la experiencia resultó mejor de lo que esperaba.
Ah, y en efecto está basada en una novela, pero no del monótono Sparks, sino de Sara Gruen.
Sobra decir que no la leí, así que este escrito se basará únicamente en lo que el director Francis Lawrence y su guionista Richard LaGravenese hicieron con la historia.
Como otros famosos dramas románticos (Titanic, The Notebook), Agua Para Elefantes presenta su historia como el “flashback” de un anciano que recuerda su juventud, cuando conoció a la mujer de sus sueños.
En 1931, durante la Depresión, el joven Jacob Jankowski (Robert Pattinson) estudiaba medicina veterinaria y tenía un futuro prometedor.
Pero un trágico accidente lo deja huérfano y sin recursos, obligándolo a buscar trabajo donde pueda.
Y el primer lugar que encuentra es el Circo Itinerante de los Hermanos Benzini, donde empieza paleando estiércol antes de volverse indispensable gracias a sus estudios en veterinaria, que le permiten atender a los animales del circo y en particular a Rosie (Tai), la elefante que consideran demasiado obstinada para aprender trucos . Y, casualmente, la estrella del espectáculo es la atractiva Marlena (Reese Witherspoon), quien se enamora de Jacob a pesar de estar casada con August (Christoph Waltz), entusiasta maestro de ceremonias durante la función, pero en la intimidad un hombre vulgar y violento que abusa de su esposa y de los animales que entrena.
¿Podrá florecer el romance prohibido bajo las coloridas lonas del circo? Entre las buenas actuaciones que rescatan parcialmente Agua Para Elefantes está la del siempre dinámico Christoph Waltz, más conocido como el maquiavélico nazi de Inglourious Basterds (aunque yo prefiero recordarlo por su neurótico villano en The Green Hornet).
Su desempeño en Agua Para Elefantes es tan exuberante que basta para distinguirla de tantos otros insulsos dramas románticos carentes de energía y vitalidad.
Digamos que Waltz casi llega a niveles “brad-dourifianos”. También disfruté mucho la lamentablemente corta presencia del legendario Hal Holbrook; quizás por su avanzada edad no acepta tantos papeles como antes, pero no ha perdido un ápice del talento y asombrosa presencia que lo hizo famoso en los setentas.
Así mismo merece mención Ken Foree (de la súper-clásica Dawn of the Dead) en un breve pero intenso papel que confirma su talento fuera del género de horror.
Y, finalmente, debo aplaudir el trabajo de Tai, la elefante que interpreta a Rosie con inusual inteligencia y emoción.
No sé si haya “Óscares para animales”, pero definitivamente la consideraría como segura nominada.
Claro que nadie querrá ver Agua Para Elefantes tan solo por la arrugada estrella paquiderma, ni por el anciano Holbrook, sino por la “glamorosa” pareja de Reese Witherspoon y Robert Pattinson.
Admito que sus actuaciones son competentes dentro de la modesta ambición narrativa que impulsa al libreto; pero rara vez sentí el supuesto amor que los une y los inspira a luchar contra la adversidad, ya sea en la forma del cruel August o de las desventuras que experimenta el humilde circo viajero.
Y aunque en general prefiero el trabajo dramático de Witherspoon (en vez de sus frívolas comedias románticas), esta vez me pareció un poco fría y distante.
No podría decir si fue por desinterés en la película, o porque así definió la actitud de un personaje atormentado por la incierta vida de la que nunca pudo escapar.
Por su parte Pattinson exhibe mayor aplomo y rango que en la saga de Twilight, demostrando que su rostro puede adoptar más de una expresión.
Por cierto, en el cine había varias adolescentes que gritaban cada vez que aparecía en escena; mala señal para el “estigma de Edward”, que quizás perseguirá a Pattinson por el resto de su carrera; se me ocurre que debería fundar un grupo de auto-ayuda con Daniel Radcliffe y Taylor Lautner.
Incluso si no logran superar su trauma, podrían vender los videos de sus reuniones (camisa opcional) a sus fans y hacerse millonarios sin tanto esfuerzo.
¿En qué estaba? Me perdí pensando en… bueno, no importa. El punto es que Agua Para Elefantes resultó mejor de lo que esperaba, aunque quizás fue por las bajas expectativas con las que entré al cine.
No tragué el romance central y el final me pareció bastante absurdo, pero el drama laboral, la atmósfera de “realismo mágico sin magia” y la excelente cinematografía consiguieron meterme en la historia, sin olvidar el atractivo adicional de los breves números circenses que nos permite ver el director.
Ah, y no puedo dejar de mencionar el breve atuendo que porta Reese Witherspoon en casi todas las escenas; sin duda tiene su encanto.
Entonces, tan solo por no caer en la misma lacrimosa y blanda rutina de Dear John, Remember Me y The Last Song, puedo darle una recomendación a Agua Para Elefantes.
No cambió mi opinión sobre el romance, pero demostró que puede construirse una sólida película alrededor de una pareja sin química, siempre y cuando estén respaldados por suficiente talento frente y detrás de las cámaras.
Y por una elefante con mucho carisma. Calificación: 7
Bella Hugs
Sin embargo, la calidad de la producción, algunas buenas actuaciones y el colorido entorno circense ayudaron a hacer que el tiempo transcurriera de manera más amena.
Sin duda la trama me pareció demasiado larga y ocasionalmente aburrida, y su principal problema es que el romance central nunca se siente sincero y pasional.
Pero bueno, la pareja protagónica es atractiva, el villano es odioso y pintoresco, y hay perritos acróbatas, así que la experiencia resultó mejor de lo que esperaba.
Ah, y en efecto está basada en una novela, pero no del monótono Sparks, sino de Sara Gruen.
Sobra decir que no la leí, así que este escrito se basará únicamente en lo que el director Francis Lawrence y su guionista Richard LaGravenese hicieron con la historia.
Como otros famosos dramas románticos (Titanic, The Notebook), Agua Para Elefantes presenta su historia como el “flashback” de un anciano que recuerda su juventud, cuando conoció a la mujer de sus sueños.
En 1931, durante la Depresión, el joven Jacob Jankowski (Robert Pattinson) estudiaba medicina veterinaria y tenía un futuro prometedor.
Pero un trágico accidente lo deja huérfano y sin recursos, obligándolo a buscar trabajo donde pueda.
Y el primer lugar que encuentra es el Circo Itinerante de los Hermanos Benzini, donde empieza paleando estiércol antes de volverse indispensable gracias a sus estudios en veterinaria, que le permiten atender a los animales del circo y en particular a Rosie (Tai), la elefante que consideran demasiado obstinada para aprender trucos . Y, casualmente, la estrella del espectáculo es la atractiva Marlena (Reese Witherspoon), quien se enamora de Jacob a pesar de estar casada con August (Christoph Waltz), entusiasta maestro de ceremonias durante la función, pero en la intimidad un hombre vulgar y violento que abusa de su esposa y de los animales que entrena.
¿Podrá florecer el romance prohibido bajo las coloridas lonas del circo? Entre las buenas actuaciones que rescatan parcialmente Agua Para Elefantes está la del siempre dinámico Christoph Waltz, más conocido como el maquiavélico nazi de Inglourious Basterds (aunque yo prefiero recordarlo por su neurótico villano en The Green Hornet).
Su desempeño en Agua Para Elefantes es tan exuberante que basta para distinguirla de tantos otros insulsos dramas románticos carentes de energía y vitalidad.
Digamos que Waltz casi llega a niveles “brad-dourifianos”. También disfruté mucho la lamentablemente corta presencia del legendario Hal Holbrook; quizás por su avanzada edad no acepta tantos papeles como antes, pero no ha perdido un ápice del talento y asombrosa presencia que lo hizo famoso en los setentas.
Así mismo merece mención Ken Foree (de la súper-clásica Dawn of the Dead) en un breve pero intenso papel que confirma su talento fuera del género de horror.
Y, finalmente, debo aplaudir el trabajo de Tai, la elefante que interpreta a Rosie con inusual inteligencia y emoción.
No sé si haya “Óscares para animales”, pero definitivamente la consideraría como segura nominada.
Claro que nadie querrá ver Agua Para Elefantes tan solo por la arrugada estrella paquiderma, ni por el anciano Holbrook, sino por la “glamorosa” pareja de Reese Witherspoon y Robert Pattinson.
Admito que sus actuaciones son competentes dentro de la modesta ambición narrativa que impulsa al libreto; pero rara vez sentí el supuesto amor que los une y los inspira a luchar contra la adversidad, ya sea en la forma del cruel August o de las desventuras que experimenta el humilde circo viajero.
Y aunque en general prefiero el trabajo dramático de Witherspoon (en vez de sus frívolas comedias románticas), esta vez me pareció un poco fría y distante.
No podría decir si fue por desinterés en la película, o porque así definió la actitud de un personaje atormentado por la incierta vida de la que nunca pudo escapar.
Por su parte Pattinson exhibe mayor aplomo y rango que en la saga de Twilight, demostrando que su rostro puede adoptar más de una expresión.
Por cierto, en el cine había varias adolescentes que gritaban cada vez que aparecía en escena; mala señal para el “estigma de Edward”, que quizás perseguirá a Pattinson por el resto de su carrera; se me ocurre que debería fundar un grupo de auto-ayuda con Daniel Radcliffe y Taylor Lautner.
Incluso si no logran superar su trauma, podrían vender los videos de sus reuniones (camisa opcional) a sus fans y hacerse millonarios sin tanto esfuerzo.
¿En qué estaba? Me perdí pensando en… bueno, no importa. El punto es que Agua Para Elefantes resultó mejor de lo que esperaba, aunque quizás fue por las bajas expectativas con las que entré al cine.
No tragué el romance central y el final me pareció bastante absurdo, pero el drama laboral, la atmósfera de “realismo mágico sin magia” y la excelente cinematografía consiguieron meterme en la historia, sin olvidar el atractivo adicional de los breves números circenses que nos permite ver el director.
Ah, y no puedo dejar de mencionar el breve atuendo que porta Reese Witherspoon en casi todas las escenas; sin duda tiene su encanto.
Entonces, tan solo por no caer en la misma lacrimosa y blanda rutina de Dear John, Remember Me y The Last Song, puedo darle una recomendación a Agua Para Elefantes.
No cambió mi opinión sobre el romance, pero demostró que puede construirse una sólida película alrededor de una pareja sin química, siempre y cuando estén respaldados por suficiente talento frente y detrás de las cámaras.
Y por una elefante con mucho carisma. Calificación: 7
DiarioTwilight
Bella Hugs
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